Silent Hunter_Flotilla Submarina

HISTORIA SUBMARINA ESPAÑOLA, Extraido de los foros de la Armada Española. Entre otros

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CAPÍTULO 1


Extraido de los foros de la Armada Española. Entre otros


Peral
Constructor Quilla Botadura Entrega
Arsenal de la Carraca 01/01/1888 08/09/1888

Historia

Los estudios realizados por Isaac Peral sobre la navegación submarina le llevaron a presentar el proyecto de construcción de un barco torpedero submarino al Ministro de Marina, Almirante Manuel del la Pezuela y Lobo, el 9 de septiembre de 1885, coincidiendo con en conflicto de las Carolinas. El proyecto fue acogido con interés y las experiencias previas fueron financiadas con fondos públicos.

A pesar de las dificultades producidas por un sabotaje durante estas pruebas, el 20 de abril de 1887 la Reina María Cristina firmaba el Decreto por el que se aprobaba la construcción de "un buque destinado a la navegación submarina".

Así, el 7 de octubre de 1887 se da la orden de construcción del submarino en el Arsenal de la Carraca (Cádiz), iniciándose el acopio de materiales. El proyecto sufre algunas modificaciones. Los torpedos que habían de adquirirse, fabricados por Whitehead (Italia), son sustituidos por los Schwartzcopf alemanes. No obstante, la quilla se pone el 1 de enero de 1888 y la botadura se efectúa el 8 de septiembre del mismo año. Durante los meses siguientes se realizan varias pruebas hasta que, el 19 de diciembre se establece el protocolo oficial de pruebas que consistió en los siguientes puntos:


Comprobación de la estanqueidad del casco, así como el funcionamiento de las bombas y motor eléctrico. Análisis del aire interno previamente purificado.


Entrada al dique seco nº 2 de la Carraca. Hacer inmersión en el interior del mismo, sin tocar fondo, y repetir esta maniobra las veces que fueran necesarias. Comprobar el sistema de disparo del tubo lazantorpedos, sin lanzar, por supuesto.


Salidas a la bahía de Cádiz durante varios dias para efectuar pruebas de máquinas, velocidad y capacidad de baterías eléctricas. Lanzamiento de torpedos tanto en superficie como aplicando el "aparato óptico de puntería" en inmersión.


Pruebas de navegación con frecuentes inmersiones para comprobar las condiciones de trimado del buque.


Pruebas de velocidad hasta alcanzar la cota de los 30 m y lanzar torpedos desde ella contra buques adversarios.


Evaluación de las pruebas anteriores para determinar las condiciones del "torpedero-submarino" como buque de guerra y que correspondan a las ventajas preconizadas por su inventor.


Lanzamiento real, en inmersión y sin que haya sido detectada su presencia, contra el antiguo transporte Ferrol, designado como blanco de la maniobra.


Viaje de Cádiz a Gibraltar en superficie. En el Estrecho haría inmersión sin ser visto y reaparecería más tarde en el puerto de... (el protocolo no especificaba este puerto, aunque dadas las reivindicaciones españolas sobre la soberanía de Gibraltar es muy posible que éste fuera el puerto de destino o, más probablemente, el de Algeciras pero después de haber navegado por aguas inglesas).

El 17 de enero de 1890 se habían completado con éxito todas las pruebas hasta el punto 5, aunque las autoridades de Marina no quedaron totalmente satisfechas.

Para el 13 de marzo se crea una Junta Técnica de evaluación que remite un protocolo de pruebas más completo.

Una de las pruebas consistió en el simulacro de ataque al crucero Cristóbal Colón, de 1.150 toneladas que se realizó el 7 de junio de 1890. Durante una de las inmersiones se produce una avería en una de las válvulas y el submarino comienza a inundarse. Al emerger se comprueba que la válvula ha sido saboteada por uno de los tripulantes, se repara y continúa la prueba (llevando a bordo al saboteador, ya descubierto). La torreta óptica del submarino fue avistada a menos de 1.000 m de distancia por el crucero, dándose la maniobra por fracasada. Este hecho levantó las protestas de Isaac Peral al considerar que, los 200 invitados a bordo del crucero estaban advertidos de la acción que iban a presenciar, anulando el efecto sorpresa que existiría en una situación real de combate. Sin embargo, la prensa celebró el evento, alabando a Peral y su invento.

El informe final de la Junta Técnica resaltó estos hechos y determinados fallos constructivos del buque, impidiendo a Peral rebatir o reparar estas deficiencias, excusándose en la falta de conocimientos técnicos de éste al no poseer la titulación de Ingeniero Naval.

El 10 de octubre de 1890 se publicó una Real Orden que recogía las conclusiones de la Junta Técnica, aunque también abría las puertas a la construcción de un nuevo submarino bajo la dirección de Peral pero con la intervención de otros departamentos y autoridades. Peral comunicó al ministro los planes de construcción del nuevo buque, un submarino de 120 toneladas y 30 m de eslora, cuya construcción debería ser dirigida por el propio Peral teniendo bajo su responsabilidad la selección del equipo humano y los astilleros donde habría de construirse. La respuesta, negativa, llegó el 31 de octubre ordenando, además, a Peral a entregar el submarino en el Arsenal de la Carraca. Para el 11 de noviembre de 1890 se promulgaba el Decreto por el que se daba fin a los proyectos de navegación submarina.

El casco del Peral permaneció en el Arsenal de la Carraca, vacío de dispositivos, hasta 1914 que, por iniciativa del Comandante Mateo García de los Reyes, Jefe del Arma Submarina, es trasladado a la Base de Submarinos de Cartagena. En 1965, el Ayuntamiento de Cartagena reclama el submarino para que sea expuesto a la vista de todos los cartageneros y las personas que visiten la ciudad.





En la actualidad, el Peral se exhibe en el paseo de Alfonso XII como monumento a su genial inventor: el Teniente de Navío Isaac Peral y Caballero.


Comandantes
Comandante Mando
Peral y Caballero, Isaac







Isaac Peral y Caballero
Cartagena 01/06/1851 - Berlín 22/05/1895

Jorge Bañón Verdú

Isaac Peral y Caballero nace el 1 de junio de 1851 en el Callejón de Zorrilla de Cartagena. El 1 de julio de 1865 ingresa en el Colegio Naval, Escuela Naval de la Armada, donde se gradúa como guardiamarina de segunda clase el 26 de diciembre de 1866. A partir de ese momento es destinado al servicio en distintos buques de la Armada, viajando por todo el mundo. El 31 de enero de 1870 asciende a guardiamarina de primera y en 1872 obtiene el grado de alférez de navío.

Ya en 1873 es destinado como segundo comandante del cañonero Dardo, interviniendo en los combates provocados por la insurrección de Nuevitas (Cuba), por cuya acción recibe la Cruz Roja del Mérito Naval. En años posteriores será destinado a otros buques e interviene en los combates originados por las guerras carlistas.

El 23 de octubre de 1875 es destinado a la fragata Blanca como instructor de guardiamarinas. Al año siguiente, contrae matrimonio con doña María del Carmen Cencio, con la que tuvo nueve hijos.

En 1877 cursa estudios de ampliación en el Observatorio Astronómico de San Fernando y escribe el libro "Huracanes", por el que recibe la Cruz Blanca de primera clase al Mérito Naval.

El 21 de julio de 1780 asciende a teniente de navío de segunda clase y, al año siguiente, es destinado a Filipinas. Allí contrae el cólera durante una epidemia, siendo repatriado. A su vuelta ejerce como profesor de Física Matemática del Observatorio Astronómico de San Fernando. Durante esta época es cuando Peral comienza sus investigaciones sobre la navegación submarina.

Con el estallido del conflicto de las Carolinas, Peral hace públicos sus trabajos, los cuales despiertan gran interés. El Ministro de Marina, Almirante Manuel de la Pezuela y Lobo, interesado en el proyecto, concedió a Peral un crédito de 5.000 pesetas para completar su proyecto.

Una vez concluido, el proyecto fue presentado a diversos Organismos de la Marina, autorizándose un nuevo crédito de 25.000 pesetas para cubrir los gastos de investigación. El 20 de abril de 1887 se aprueba la construcción de buque.

El 1 de enero de 1888 se inician los trabajos de construcción del submarino Peral en el Arsenal de la Carraca de Cádiz. Durante este tiempo, afloran las envidias e imprudencias que provocan desde el robo de los planos por parte de espías extranjeros, hasta distintas acciones de sabotaje. Estas insidias acompañarán a Peral hasta su muerte.

El 8 de septiembre de 1888 el submarino Peral es botado en la bahía de Cádiz, ante una gran expectación, e inicia un amplio protocolo de pruebas que supera con gran éxito. Sin embargo, a pesar de estos éxitos, el proyecto cae en el olvido y el apoyo oficial es retirado el 12 de diciembre de 1890.

En estas fechas, Peral se traslada a Madrid para ser operado de cáncer, obteniendo la licencia de la Armada el 5 de noviembre de 1891. Retirado de la Armada hace un intento de atraer nuevamente el interés público sobre el submarino sin que encuentre repercusión.

Después de una temporada trabajando para una empresa privada, funda su propia empresa: el Centro Industrial y de Consultas Electro-Técnicas Isaac Peral, pantentando numerosos inventos, algunos de los cuales siguen vigentes en la actualidad.

El 4 de mayo de 1895, Peral se traslada a Berlín para ser operado nuevamente de cáncer, pero un descuido en las curas le producen una meningitis que acaba con su vida en 22 de mayo.

Los restos de Peral son trasladados a Madrid, donde son enterrados el día 29. El 11 de noviembre de 1911, los restos son exhumados y trasladados a Cartagena, donde reposan actualmente.

Edited by FLOTILLA SUBMARINA - 12/10/2010, 16:39
 
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Capitulo 2


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 El submarino de madera a vapor de Narcís Monturiol: el Ictíneo




Low Tech magazine le dedicó un completo artículo al Ictíneo de Narcís Monturiol, titulándolo A steam powered fish: the Ictíneo. En la zona del puerto de Barcelona, cerca de la estatua de Colón, hay una réplica del Ictíneo II, que es difícil pasar por alto en una visita: es el «submarino de al lado del Maremagnum».

Tal y como cuentan allí el Ictíneo fue un modelo de submarino de madera construido en la segunda mitad del siglo XIX, una «grácil y encantadora invención victoriana». El Ictíneo II iba propulsado por un motor de vapo, y no habría modelos similares hasta 1940.

Estaba construido con un doble casco para resistir la presión y a pesar de parecer de baja tecnología tenía ciertos componentes interesantes para su guiado e hidrodinámica, con tanques y válvulas y un peso móvil que servía para controlar los ascensos y descensos. Podía sumergirse hasta dos horas a una profundidad de 20 metros. El material principal en su construcción era madera de olivo con refuerzos de roble y una capa de dos milímetros de cobre.


Ictíneo II: 14 metros de largo, 2 metros de ancho y 3 de fondo

El Ictíneo I sufrió un accidente en el puerto y entonces Monturiol montó una empresa llamada La Navegación Submarina y construyo y botó en 1864 el Ictíneo II, que era el doble de grande que su predecesor. Tres años más tarde le añadió un motor de vapor, de modo que fue el primer submarino del mundo propulsado por un motor de combustión. Se sumergió en demostraciones más de veinte veces, pudiendo permanecer hasta ocho horas a unos 50 metros de profundidad, aunque su inventor afirmaba que podría llegar hasta 500 metros (algo que nunca comprobó, por su propia seguridad).

Para evitar consumir todo el oxígeno mientras estaba sumergido se utilizaba una reacción de clorato potásico, zic y dióxido de manganeso, que producía suficiente calor como para hervir el agua del motor… que además producía oxígeno sobrante. Esta idea para producir «aire respirable» sin tener que emerger o usar un snorkel se usaría posteriormente en otras máquinas, incluyendo en el primer submarino atómico, el USS Nautilus.


Réplica del Ictíneo II en el puerto de Barcelona, en la actualidad

Tristemente, los submarinos originales se perdierdon con el tiempo o fueron vendidos como chatarra, el Ictíneo II fue embargado y despiezado porque su inventor no pudo pagar las facturas. Monturiol, natural de Figueres (Girona) fue siempre un hombre de carácter revolucionario y utópico; nunca patentó sus invenciones y murió pobre y olvidado. Ahora su mayor invento es recordado cada día por miles de personas en el puerto de Barcelona.





Edited by FLOTILLA SUBMARINA - 12/10/2010, 16:40
 
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CAPÍTULO 3


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ALICANTE Y EL PRIMER SUBMARINO DE LA HISTORIA A-2 COSME GARCIA







El puerto de Alicante, en 1870. Diez años antes, tendría un aspecto similar este lugar, donde los alicantinos tuvieron el privilegio de ser testigos de excepción de un hito en la historia de la ingeniería y la navegación: la primera inmersión efectiva de un submarino, que hoy en día, descansa en el lecho marino de estas aguas.


Cosme García Sáez (Logroño, 1818) fue el primer español que inventó el submarino. Aunque muchos comiencen ahora a discutir sobre si esta afirmación puede ser cierta, conociendo las figuras de Isaac Peral y de Narciso Monturiol. Consideraremos que los primeros datos que existen sobre intentos de navegación submarina en el mundo proceden de crónicas de 1532, realizados en aguas del Tajo con una campana de buzo. Hasta 1776 no se encuentra un aparato que pueda llamarse propiamente submarino, y fue el "Tortuga" del norteamericano Bushnel para destruir barcosingleses durante la guerra de la independencia de Estados Unidos. Fulton ofreció en 1800 su "Nautilus" a Napoleón, pero lo rechazó. En 1831, el catalán Cervó falleció en el puerto de Barcelona al intentar sumergirse con su aparato. Y en 1859, Monturiol recibió ayuda oficial, pero su proyecto del "Ictíneo" se fue a pique por problemas técnicos y ruina del creador.
Gustave Zédé creó un aparato que Isaac Peral perfeccionó, y sus pruebas fueron satisfactorias, pero fueron fechadas entre 1889 y 1890. 30 años antes, en el puerto de Alicante, un submarino creado por Cosme García, efectuaba una prueba oficial ante testigos de su funcionamiento sin ningún tipo de percance, y a continuación, os contaremos su curiosa historia.





Cosme García Sáez.


Por tanto, podemos decir que el primer submarino efectivo, fue botado y probado oficialmente en aguas del Puerto de Alicante, el 4 de agosto de 1860.

Poco se sabe de Cosme García, pues la pista documental es muy escasa, y no fueron numerosos los documentos que se conservaron de la época, así como recortes de prensa. Pero al menos existen, e incluso un instituto logroñés, que lleva su nombre, constatan su existencia.
Este riojano, que vivió el convulso Siglo XIX español sin pena ni gloria, además de inventar el barco-pez, introdujo mejoras en correos, en imprentas, e inventó las carabinas con carga trasera. Fue todo un "Edison" a la española, en su versión reducida, pero esto no debe ser excusa para olvidar su gesta, y sobre todo, porque "salpica", y mucho, a Alicante.
Trabajó en Madrid, pero como allí no tenía suficientes medios, decidió trasladarse a Barcelona para montar su oficina. Allí fue donde vio por primera vez el mar, y donde su mente comenzó a soñar. De hecho, empleó todo el dinero que le aportó una máquina matasellos (45.000 duros) para invertirlo en la fabricación del ingenio: una máquina submarina con la que poder descender al fondo del mar, verlo y poder volver a subir.






Los planos originales del Garcibuzo.


Para la construcción de su primer prototipo acudió a la Maquinista Terrestre y Marítima de Barcelona y se hizo de hierro. Tenía, visto de lado, forma de tonel apuntado truncado hacia la proa y la popa y medía tres metros de eslora (largo), 1,5 de manga (ancho) y casi 1,6 de alto. Constaba de una compuerta de entrada y escotillas en la proa y la popa. La inmersión se producía por la inundación de cuatro depósitos situados, dos a cada lado de la parte central y más ancha del casco. Con bombas se achicaba el agua para tornar nuevamente a la superficie.
Tenía capacidad para albergar bien apretadas a dos personas, y constaba además de otras cuatro aberturas en el casco en las que se instalaba la propulsión del buque con cuatro remos articulados accionados desde el interior.
Estaba impulsado por un motor de resorte y un peso sumergidos, que, tras no pocas y laboriosas gestiones, fue probado en 1859 ante un pequeños grupo de personas en aguas del Puerto de Barcelona, y aunque se detectaron deficiencias y no hubo buenos resultados, el impulsor funcionó y el principal objetivo era comprobar en la práctica lo que ya estaba resuelto en la teoría. A pesar del fallo inicial, el inventor no se desanimó y patentó la máquina submarina el 16 de noviembre de 1859.






Vista lateral del prototipo. La patente del aparato-buzo se solicitó en España el 9 de Julio de 1959, y le fue concedida el 8 de Mayo de 1860. También lo patentó en el Instituto de la Propiedad Industrial de París el 25 de Abril de 1861.


El segundo prototipo, también construido por la Maquinista en Barcelona, fue probado en el puerto de Alicante (hasta donde se trasladó a bordo de un buque de carga), lo mismo que haría Monturiol, en 1861 con el Ictíneo I.
Las primeras pruebas se hicieron en el verano de 1859 participando en la inmersión sus hijos, pero las expediciones bélicas de O'Donnell que salían desde el puerto barcelonés, retrasaron las pruebas definitivas. De todos modos Cosme García patentó el "aparato-buzo" el 8 de mayo de 1860 en Madrid y el 25 de abril de 1861 en Francia.

Sus dimensiones fueron mayores: 5,75 metros de eslora, 2,25 de alto y 1,75 de ancho. El casco se realizó esta vez en chapa de hierro, y constaba de una entrada en la parte superior que se cerraba herméticamente desde el interior; en los costados aparecían dos remos para girar el barco; cerca de la proa otros dos remos para sostener el barco y hacer que descendiera o se elevara; en la popa una hélice para hacer navegar el barco; y en los lados y en otras partes del casco había distintas escotillas para ver el exterior del apasionante y desconocido fondo submarino.
Finalmente, en el interior del barco formando un segundo casco, se encontraban dos tanques que al llenarse y vaciarse mediante bombas de agua permitían la inmersión o la emersión del aparato.

Las pruebas definitivas, las exigidas por la ley de privilegios (patentes), se realizaron de nuevo en Alicante el 4 de agosto de 1860 y fueron certificadas notarialmente.






Alicante en 1858.


Trasladémonos por un instante a la dársena del puerto de Alicante, una ciudad que un año antes había comenzado a derribar sus murallas defensivas, y cuyo puerto comenzaba a adquirir importancia tras la llegada del Ferrocarril desde Madrid.
La convocatoria atrajo a curiosos y paseantes, seguramente anunciada días antes, como cuando se hacían demostraciones de globos aerostáticos u otras curiosidades. Arremolinados en el dique, fueron los privilegiados espectadores de un momento para la historia, pues sería la primera demostración pública registrada del funcionamiento exitoso de un submarino en el mundo, toda una proeza en la historia de la ingeniería y la navegación.
Y esto, sucedió en Alicante.






La gente probablemente se tuvo que acercar al muelle de Levante para poder ver el experimento.



Las pruebas se efectuaron ante notario y personalidades del momento, para darle más fiabilidad a la noticia y poder ser demostradas posteriormente. Asistieron a tal efecto, el Comandante de Marina, el Gobernador Militar y otras autoridades seleccionadas por el Gobierno de O´Donell (interesado en las posibles aplicaciones bélicas del invento), así como los Cónsules de Gran Bretaña, Suiza y Estados Unidos.

Fue todo un acontecimiento, según la interesante acta oficial, que describe el evento como testimonio de la gesta:


Los que suscriben, residentes en esta ciudad de Alicante, certificamos y aseguramos bajo nuestro honor y buena fe:

* Que el día tres del corriente mes de Agosto de 1860, fuimos invitados por Don Cosme García, de profesión mecánico y residente en Madrid, para asistir al día siguiente cuatro, a las 7 de la mañana, a los experimentos y pruebas de un aparato buzo de su invención.
* Que, en efecto, concurrimos en el día y hora mencionados con el indicado fin, al punto del mar designado por el Sr. Comandante de Marina de este distrito para ejecutar estos trabajos.
* Que el sitio indicado es el de mayor fondo o profundidad reconocido en este puerto.
* Que llegado a este punto, observamos el aparato "submarino" a flote y dispuesto a funcionar.
* Que así que se completó el número considerable de personas asistentes a este acto, el inventor Sr. García se introdujo con uno de sus hijos en el aparato, y cerró herméticamente su entrada por medio de la tapa o puerta colocada en la parte superior de aquél.
* Que instantáneamente después, el "submarino" desapareció de la vista de todos los concurrentes, sumergiéndose con la mayor facilidad hasta el fondo del mar.
* Que en este estado, con el inventor y su hijo dentro, permaneció sumergido por tiempo de cuarenta y dos o cuarenta y cinco minutos, sin tubo, cuerda, ni nada que le comunicase con la atmósfera.
* Que durante este tiempo, el aparato se hizo visible varias veces entre dos aguas a voluntad del inventor, quien hizo estos movimientos, según dijo después, para dar a conocer a sus concurrentes que ninguna novedad le ocurría y evitar toda duda e inquietud por este motivo.
* Que asimismo observaron que el aparato permaneció inmóvil entre las aguas, a voluntad del inventor que dirigía estas operaciones desde el interior.
* Que después, el aparato se movió en todas direcciones, caminó y dio vueltas o giros completos, ejecutados por el inventor sin ningún auxilio ni agente exterior.
* Que el aparato subió a la superficie del mar y, abierta la tapa desde el interior, aparecieron el inventor y su hijo tranquilos, sin muestras de fatiga o cansancio.
* Que el inventor manifestó entonces que podían haber permanecido encerrados en él mucho más tiempo; pero que no lo habían hecho para evitar que los concurrentes experimentasen temor sobre su seguridad personal.

Y certificamos, por último, que todas estas operaciones se han ejecutado a nuestra vista, sin que el inventor haya necesitado aire, ni ningún otro auxilio exterior, esto es, incomunicado completamente con la atmósfera, suelto y libre el aparato, sin un cable siquiera que pudiera elevarlo del fondo dle mar a la superficie, caso de cualquier accidente. Y, a petición del inventor Don Cosme García Sáenz, y por ser así la verdad, firmamos este acta en Alicante a día 6 de Agosto de 1860:

El Comandante de Marina, José de la Paz.
El Brigadier gobernador, Buenaventura Carbó.
El Corononel Jefe del Estado Mayor de las Islas Baleares, Juan de Dios Sevilla.
El Presidente del Consejo Provincial, Joaquín Orduña.
El Administrador Provincial de la Hacienda Pública Manuel de Corbella.
El Ingeniero de Minas Sandín.
El Ingeniero Jefe de la Provincia, Agustín de Aroso y Baracíbar.
El Ingeniero Primero Eduardo O´Kelli.
El Ingeniero de Caminos, Antonio G. Molina.
El Juez de Primera Instancia, Antonio Alix.
El Cónsul General de Suecia y Noruega, Carlos A. Danlander.
El Administrador Principal de COrreos, Remigio Motas.
El Cónsul de S.M. Británica, Benjamín Barrios.
El Cónsul de los Estados Unidos, Guillermo Leach Giró.
El director propietario del Periódico "El Comercio", B. Lomas y Corradi.
El Marqués de Casa Pizarro.
El Capitán del Vapor "Marsella", R. Lagier y otros muchos espectadores.


El "acta" se conserva en el Archivo Histórico del Ministerio de Marina (Madrid).
El Comandante de Marina, ofició al Capitán General del Departamento de Cartagena, Don José Montojo y Albizu, el día 5 del mismo mes en los siguientes términos:

"A las siete y tres cuartos de la mañana del día de ayer se hizo en este puerto la prueba de un aparato submarino de la invención de Don Cosme García, vecino de Madrid, resultando de las operaciones hechas que dicha máquina que es de planchas de hierro, se sumergió con dos hombres dentro, permaneciendo bajo el agua veinte y seis minutos, que después ascendió a flor de agua, girando varias veces tanto en superficie como entre aguas con facilidad, dando con esto su inventor por concluidas las pruebas a las que asistí y que en su totalidad duraron hasta las ocho y media de la propia mañana, sin que las personas que se sumergieron, una de las cuales fue el indicado Sr. García, se notase alteración alguna en su salud."

El éxito de las pruebas y los aplausos, seguramente hicieron albergar a Cosme García la esperanza de poder subir a los altares de los grandes inventores.
Nos podemos imaginar los comentarios y los rumores de la gente conforme iban pasando los minutos y el submarino no asomaba, y allí, en el fondo del puerto, no se veía nada. Y también podemos imaginar la alegría tras emerger, abrir la escotilla, y saludar al público. Tuvo que ser memorable. Y lo extraño, es que nada de esto sea muy conocido...

Posteriormente, tras los ánimos que recibió del éxito en Alicante, Cosme construyó un aparato todo de cobre (el Garcibuzo) y lo trasladó a Madrid para presentárselo a Isabel II.
En la capital ya había expuesto su primer modelo en la calle para que lo pudiesen observar los miembros del gobierno, los diputados y las más altas jerarquías oficiales, pero la oportunidad de contar con el beneplácito de la reina era la mejor que se le podía presentar.
Fue llamado al palacio por el ayudante de campo de S.M. el Rey, con una tarjeta de invitación que decía: "...que el lunes 7 de abril, a las 2 de al tarde, puede ir al Palacio con el barco pez".
Junto a la tarjeta aparece un papel en el que se indica el santo y seña para tan señalada ocasión: "Juan, José, Jaén, Justicia". La contraseña especial sería "Juicio".

La visita no fue la soñada por el inventor. Isabel II admiró el pequeño barco pez y lo llenó de elogios, pero al final soltó la noticia: el Gobierno no podía comprar ni financiar el proyecto, por los cuantiosos gastos ocasionados por la guerra de las colonias de África. Indignado, Cosme garcía viajó a París, donde pensaba que su obra podía ser más considerada que en su propio país. Estaba en lo cierto. Napoleón II y sus técnicos examinaron el Garcibuzo y las armas que el inventor consideraba complementarias.
El emperador le invitó a trasladarse al arsenal de Tolón para construir uno. El contrato era sustancioso: 14 millones de francos de la época. Pero su patriotismo no le permitió aceptar tan cuantioso ofrecimiento. Él creía que el submarino podía ser un arma muy valiosa para la defensa de su país...







En las aguas de este puerto, o en sus proximidades, tuvo que hundirse el "barco pez", el primer submarino efectivo de la historia, donde hoy todavía descansa...


Y finalmente, el destino del prodigioso invento, fue quedarse anclado en el Puerto de Alicante. Pocos años después, una notificación portuaria le informó que el aparato molestaba al tráfico marino. Su hijo, Enrique García, fue el encargado de mandarlo al fondo del mar, donde aún permanece.
De hecho, los historiadores no conocen más detalles técnicos porque desapareció sin dejar apenas constancia de sus características, en pleno desánimo por la poca repercusión que tuvo el ingenio.

El resto de sus inventos, tampoco corrieron mucha suerte. Construyó un nuevo modelo de rifle para la infantería que tuvo muchísimo éxito (podían tirar hasta 3.071 disparos sin limpiarse). Se construyeron 500 modelos de carabinas de carga trasera para dos batallones de cazadores, que se trasladaron a Madrid, pero en 1868 estalló la revolución de La Gloriosa y fueron robadas por los revolucionarios, desapareciendo para siempre.

En 1874, Cosme García murió, pobre y desilusionado por una vida dedicada a entregar su creatividad a su país, que nunca le dio reconocimiento alguno. Su familia quedó sumida en la pobreza (uno de sus hijos se vio obligado a pedir permiso al alcalde de Madrid para mendigar por las calles)




Esquela de Cosme García Sáenz, citando como prueba irrefutable de la veracidad de su gesta, el acta notarial realizada en Alicante.

Esta es su esquela de defunción: "D. Cosme García y Sáenz Inventor del primer barco para la navegación submarina por los años del (18)59 y (18)60. Privilegio o patente fecha 16 de noviembre de 1859, según consta en acta notarial fecha 6 de agosto de 1860 en Alicante. Nació en Logroño el 27 de septiembre de 1819 (es 1818) y murió el 23 de junio de 1874 en Madrid".

La Guerra con Cuba de 1898 sirvió de nueva oportunidad para que su hijo Enrique, volviera a ofrecer los planos del barco pez al Gobierno, pero tras escuchar sus explicaciones, la comisión técnica desestimó su ofrecimiento y dictaminó (en un penoso ejercicio de sus funciones) que sólo en algún caso excepcional el submarino podría considerarse como un arma de guerra (Cosme García había previsto que fuera el arma del futuro, adelantándose 80 años a la Segunda Guerra Mundial y un siglo a la Guerra Fría, conflictos bélicos donde el submarino fue una de las armas clave).





La gesta que logró el "Pinche" (como así le conocían en Logroño) apenas fue contada por los periódicos. Entonces se dedicaban planas enteras a las pesadas discusiones políticas, amenizaban el papel con algún folletín y alguna receta para hacer tinta, y no se ocupaban tres días seguidos de un suceso, por importante que fuese. Lo del submarino se olvidó, los logroñeses dejaron de pensar en el "pez" y en el "Pinche", y sólo algún amigo particular volvió a saber de él.

Hubo que esperar hasta 1917 para que un consejo de ministros agradeciese la labor de Cosme García. El premio fue otorgar a uno de los primeros submarinos de la Armada española su nombre (paradójicamente, España, pionera históricamente en la navegación submarina, tuvo que adquirir sus primeras unidades a Estados Unidos).
En la actualidad, la Comunidad riojana intenta sacar del olvido a tan ilustre paisano. En los noventa se formó un Comité para este motivo, entre cuyos proyectos figuró convocar una beca para el estudio y obra de Cosme García, y la formidable idea de sacar de las aguas del mediterráneo el barco-pez.

Edited by FLOTILLA SUBMARINA - 12/10/2010, 16:40
 
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Capitulo 4


Extraido de los foros de la Armada Española. Entre otros


Submarinos. A-3 (1917-1932)





A3


Astillero: Fiat San Giorgio, La Spezia
Quilla en grada: 23.3. 1916
Botadura: 10.6.1917
Entrega a la Armada: 25.8. ,1917
Baja: 18.5.1932
Destino: Desguace
El Programa Naval del almirante Augusto Miranda (1915), incluyó la adquisición directa en el extranjero de cuatro de las veintiocho unidades programadas, como unidades de adiestramiento de dotaciones. Uno de ellos, el Isaac Peral, fue adquirido en EEUU. Los otros tres en Italia. De los diversos modelos italianos, la Armada escogió el llamado tipo F. Se trataba de un submarino costero, diseño del ingeniero Cesare Laurenti, derivado de los anteriores Medusa, que iba a convertirse en uno de los mejores de su categoría: la clase F.

Resultaron óptimas unidades, tanto en superficie como en inmersión, con gran estabilidad y amplia autonomía. La profundidad de inmersión era de 45 m, debido a la sólida estructura del doble casco. Una torreta ampliada, respecto al modelo de que procedían, permitían mejores condiciones de servicio en cubierta, durante la navegación en superficie, además de un aumento de potencia de los motores diesel y eléctricos, una mayor rapidez de inmersión, la instalación de dos periscopios (exploración y ataque), la brújula giroscópica y un señalizador acústico subacuático tipo Fessenden, con un alcance de unas cinco millas.

Estructura

Desplazamiento en superficie: 261 toneladas. En immersión: 310 toneladas.
Eslora 45,63 m.
Manga: 4,22 m
Puntal: 4,27 m
Calado en superficie: 3,09 m.

De doble casco, que todavía recordaba las clásicas formas de los torpederos, tenían una configuración ahusada, con buenas características hidrodinámicas. El casco ligero, de forma variable en su sección transversal, envolvía gran parte del casco resistente. En el espacio entre ambos cascos estaban situados los dobles fondos, los tanques de combustible y los de trimado. El casco resistente tenía una sección transversal elíptica. El casco envolvente o ligero tenía la popa de balandra, presentaba pocos apéndices y estaba provisto de dos grupos de timones verticales, uno en proa y otro en popa. La quilla sobresalía sólo de la sección central del casco, que estaba provisto de quillas de balance. La torreta era un poco más alta que un hombre y estaba constituida en torno a una pequeña estructura resistente, provista de una escotilla en la parte superior y que contenía el periscopio de ataque. Sobre ella una doble torreta exterior en la que se encontraba un puente, el periscopio de exploración , y el conducto de ventilación para los motores diesel a popa.


Armamento

Dos tubos lanzatorpedos, para torpedos Bliss-Leavitt de 450 mm., colocados a proa. Llevaban dos torpedos en los tubos y otros dos de reserva, fuera de ellos.

Aparato motor

Superficie: Dos motores diesel Fiat, de seis cilindros que suministraban a dos ejes una potencia de 350 cv cada uno, que daban una velocidad máxima de 13,5 nudos y una autonomía de 3.800 millas a 8,5 nudos.

Inmersión: Dos motores eléctricos Savigliano alimentados por acumuladores Tudor que suministraban a los dos ejes una potencia de 250 cv cada uno, y daban una velocidad máxima de 8,5 nudos y una autonomía de 75 millas a 4 nudos.

Dotación: 20 tripulantes


Historial:

Participó en la campaña del Rif en la primavera de 1922, avituallando y evacuando no combatientes bajo el fuego enemigo en los peñones de Alhucemas y Vélez de la Gomera.

Comandantes:

25.08.1917 Teniente de navío Eduardo García Ramírez
06.01.1920 Teniente de navío Tomás de Azcárate García de Lomas
06.01.1922 Teniente de navío Ramón Montero de Azcárraga
03.01.1923 Teniente de navío José Sierra Carmona
06.09.1924 Teniente de navío Fernando Bruquetas Llopis
13.12.1926 Teniente de navío Felipe José AbarzuzaOliva
10.09.1928 Teniente de navío Isidro Saiz Corratgé
01.04.1930 Teniente de navío José Nieto Antúnez

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SUBMARINO B-1











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CAPITULO 6


Extraido de los foros de la Armada Española. Entre otros


SUBMARINO B-2






16 de agosto de 1943

EL ATAQUE AL SUBMARINO ESPAÑOL "B-2"



Publicado en la revista Defensa Nº 291/292


Al término de la Guerra Civil de 1936-39, se creó en España la Junta de Salvamento de Buques, cuya finalidad consistía en evaluar el estado operativo de las unidades que habían sufrido desperfectos durante la contienda.

A resultas de sus informes muchos buques, por inservibles puesto que presentaban averías muy costosas de reparar, fueron dados de baja en las listas de la Armada, siendo condenados al desguace, mientras otros volvieron a prestar servicio de manera plena. Así mismo, también hubo algún caso excepcional en el que el buque fue reparado pero de forma tan cicatera que sólo iba a poder actuar con limitaciones.



El submarino "B-2". La foto corresponde a los años de la SGM y por eso, sobre la vela, lleva pintada la bandera nacional que acredita su condición de perteneciente a un país no beligerante
En este último y reducido grupo de unidades se encontraba el submarino B-2 que, ya poco operativo antes del inicio de la guerra, fue reconvertido en buque de superficie asignado al Departamento Marítimo del entonces Ferrol del Caudillo, donde quedo adscrito a la llamada Flotilla de Buques afectos a la Escuela de Mecánicos. La misma estaba integrada por diversas unidades cuya única misión era servir de escuela flotante a los alumnos del mencionado centro docente.


Todas ellas habían dejado de tener valor militar pero a su bordo se formaban muchos fogoneros y mecánicos antes de pasar destinados a los buques de la Escuadra.

UNA AGRESIÓN DELIBERADA

Recientemente, en los archivos del citado Departamento ferrolés se ha encontrado un documento que hace referencia al ataque del que, en plena Segunda Guerra Mundial, fue víctima el B-2 y que, en vista de su interés queremos trasladar a los lectores.

Los hechos tuvieron lugar el día 16 de agosto de 1943, en las proximidades de El Ferrol, según consta en el parte de campaña que el comandante del citado submarino, teniente de navío José Ramón González, elevó el 31 de agosto al capitán de corbeta Antonio Díaz Pache, a la sazón jefe de la antes mencionada Flotilla, parte que a su vez este último remitió el 6 de septiembre al director de Mecánicos. El documento resume las actividades del B-2 durante los días 2, 3, 16, 17, 23 y 24 de agosto, únicos días de aquel mes en los que se hizo a la mar con la misión de efectuar -leemos- prácticas de los alumnos de la Escuela. También recoge, en el apartado Situación, lo siguiente: Probable presencia de aviones y buques de guerra de las naciones beligerantes. Una advertencia explicable porque en la zona próxima a las costas de Galicia ya se habían librado algún que otro combate entre unidades aéreas y marítimas extranjeras por lo que no cabía descartar la posibilidad de encontrarse con ellas en el horizonte.

Ni los aliados ni los alemanes ignoraban que al poseer España el estatus de país no beligerante debían respetar tanto su espacio aéreo como su mar territorial, aunque muchas veces ese derecho era violado en el fragor de la batalla por causas varias figurando entre las mismas, las persecuciones. Pero lo sucedido el 16 de agosto de 1943 en las proximidades de El Ferrol fue algo muy distinto al tratarse de un claro ejemplo de agresión de una aeronave beligerante (de nacionalidad británica), contra un submarino de un país no beligerante (España), al que sólo la fortuna evitó que resultase hundido. Nada mejor que recoger, al pie de la letra, el parte de campaña del B-2:


Los submarinos de la clase "B" fueron una de las grandes realizaciones españolas de la preguerra civil.


"A las 14,00 horas, babor y estribor de guardia. A las 14,10 h., una vez profesores y alumnos a bordo, se largaron las amarras maniobrando con los eléctricos para salir de la dársena. A las 14,20 h., fuera de ella se embragó el motor de babor y se retiró babor y estribor de guardia, dando avante con dicho motor a 220 revoluciones y cargando baterías a régimen de 500 amperios, navegando a la voz para salir de la ría. A las 15,10 h., a la altura de la boya de Segaño se navegó para doblar Prioriño navegando al Norte con proa a las baterías. A las 15,35 h., rebasado Prioriño se avistó un avión a gran altura hacia el Oeste al que empezaron a disparar las baterías antiaéreas de costa. El avión dio diferentes pasadas por babor del buque , a regular altura, al parecer para reconocernos. En vista de la continuidad de éste reconocimiento, metí al Sur mandando colocar además de la bandera izada en el asta, otra de mayor tamaño. A las 15,45 h., el avión se lanzó en picado sobre el buque disparando su ametralladora y al encontrase a unos 200 metros de altura largó un rosario de unas ocho bombas de unos 25 ó 50 kilos que cayeron a unos 200 metros por la popa del buque. Las bombas eran de espoleta retardada, haciendo explosión a unos 10 metros de profundidad, levantando grandes columnas de agua y haciendo trepidar el barco. Al tener altura, el avión continuó disparando con sus ametralladoras de popa.



En las cercanías de las costas gallegas fueron muy activos los "liberator" del Mando Costero británico. Uno de sus escuadrones , el 311, al que corresponde la fotografía, era checoeslovaco (Foto: C. Bowyer)
Se ordenó alistar el motor de estribor y meter a todo el personal que no era indispensable sobre cubierta, bajo ella, gobernando para doblar Prioriño chico y tomar la ensenada de Cariño. A las 15,55 h., al encontrarnos entre los dos Prioriños volvió el aparato a lanzarse en picado sobre el buque ametrallándolo y dejando caer cuatro bombas bastante antes de llegar a nuestra vertical, pasando las bombas sobre el buque yendo a caer por la otra banda, costado de babor a unos 100 metros, entre el submarino y el acantilado, ametrallándonos al tomar cota.


El avión era de tipo americano, cuatrimotor, y al parecer de nacionalidad inglesa. Durante el bombardeo no hubo novedad alguna en el personal, que demostró una sangre fría y se comportó con disciplina dignas de todo elogio. Al terminar aquel segundo bombardeo quedó listo el motor de estribor por lo que se dio avante toda con ambos motores, gobernando para entrar en la ría. A las 16,25 horas, frente a la boca de la dársena, el semáforo preguntó si teníamos novedad, a lo que se le contestó "sin novedad". Por ver que salía un remolcador, se dio orden de desembragar los motores para entrar en el arsenal con los eléctricos. A las 16,35 h., quedamos atracados al "Ceuta" estableciéndose el servicio de puerto. Se navegó a la voz, viento Noroeste fuerza 2, cielo despejado y mar llana".

En el mismo parte de campaña y en el apartado "Observaciones Generales" se dice:

"En las navegaciones de los días 2, 3, 17, 23 y 24, no hubo novedad en el personal ni en el material. En la del día 16 no hubo novedad en el personal y del reconocimiento practicado en el buque se observaron dos impactos de proyectil de ametralladora en el casco, los dos a estribor, uno a la altura de la tortea que fue a dar en un remache del casco resistente y el otro a proa atravesando el casco resistente exterior que forra la base alta del tanque de agua dulce. No se observó ningún debilitamiento en el casco debido a las sacudidas que le produjeron las explosiones de las bombas".


Pilotos y personal de vuelo británicos de los que operaban contra los submarinos alemanes. Alguno de ellos pudo participar en la agresión al "B-2" (Foto: Colección Alberto Carbone).


UN ACTO DE PIRATERÍA
Durante los años de la Segunda Guerra Mundial (1939-45), todos los buques de la Armada española, sin excepción, llevaban pintadas sobre las amuras y las aletas una bandera española de grandes proporciones para que bien a lo lejos se pudiese comprobar que pertenecía a un país no beligerante, y fuese respetada su neutralidad. En el caso concreto de los submarinos -y por supuesto el B-2 no era ninguna excepción-, la bandera nacional, dada la poca altura de la borda, fue pintada en la parte inferior de la vela, utilizándose la superior para colocar en ella la numeral de costado correspondiente.




Aquí vemos al "B-2" atracado en El Ferrol cuando formaba parte de la Flotilla de Buques afectos a la Escuela de Mecánicos.
En aquellos años, el casco de los submarinos iba de gris claro, lo que hacía que la bandera situada sobre la vela destacase perfectamente. Si a ello añadimos que el comandante, aparte de esta última y de la de tela que arbolaba el mástil mandó colocar además una de mayor tamaño, que las condiciones climatológicas eran -tal como refleja el parte de campaña- de cielo despejado y mar llana, y que el B-2 navegaba dentro del mar territorial español, nos encontramos ante una fragante violación del Derecho internacional, pudiendo considerarse el ataque en cuestión como un acto de piratería.

Al margen de este grave asunto, lo cierto es que el B-2, debió pasarlo bastante mal pues se encontraba inutilizado para hacer inmersión y no disponía de ningún tipo de defensa, ni contra buques ni contra aviones ni contra nada al ser tan sólo un aula flotante, vocacionada para adiestrar a los futuros mecánicos de la Armada en materia de motores.

Eso sí, la dura experiencia sufrida no impidió que al día siguiente el submarino regresase a la mar para continuar con el plan de adiestramiento de alumnos, que siguió su ritmo previsto. El 29 de febrero de 1948 otro submarino, el C-2, sería a su vez recalificado como buque de superficie, pasando a la Escuela de Mecánicos para sustituir en sus funciones al B-2 que poco después, el 5 de abril de 1951, causaba baja definitiva en las Listas de la Armada, siendo vendido a una factoría de Avilés como chatarra aunque cuando era conducido a ese puerto desde El Ferrol, un fuerte temporal hizo que se partiese el cable de remolque yéndose a pique en el Cantábrico.

Edited by FLOTILLA SUBMARINA - 12/10/2010, 16:43
 
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CAPITULO 7


Extraido de los foros de la Armada Española. Entre otros


SUBMARINO B-3





con este capitulo va un emblema precioso :)


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CAPITULO 8


Extraido de los foros de la Armada Española. Entre otros


Submarino B-4





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CAPITULO 9


Extraido de los foros de la Armada Española. Entre otros


SUBMARINO B-5

La historia de esta nave comienza el día 13 de enero de 1921, cuando se coloca su quilla en la factoría de la Sociedad Española de Construcción Naval de Cartagena. Ocupó el quinto lugar en una familia de seis, la conocida serie “B”. Fueron estos los primeros submarinos construidos en España para nuestra Armada.

Cuatro años de trabajos concluyen, y el 4 de abril de 1925 el submarino es puesto a flote. Tras las pertinentes pruebas, la nave se incorpora a la Flota, causando alta en la Lista Oficial de Buques de la Armada el 31 de diciembre de 1925.

Los años siguientes, como sus hermanos, los pasaría sirviendo a nuestro país en aquellos tiempos de paz relativa.

La llegada de la Guerra Civil sorprendió al B-5 en su base, allí estaba adscrito junto con su gemelo B-6 y la serie “C” al completo, en la llamada División de Cartagena.



El día 18 de julio se ordena zarpar a varios submarinos con la misión de patrullar el mar de Alborán, pero el B-5 permaneció en su base junto al C-2 y C-5. Por aquel entonces comandaba la nave el T.N. don Guillermo Scharfaussen.

El día 20, la base de Cartagena es asaltada y los oficiales apresados, la mayoría serían asesinados el 14 de agosto, acusados de apoyar a los sublevados.

Tres días después, el 23 de julio, el B-5 y el C-2 parten rumbo a Málaga para reunirse con sus compañeros que tenían allí su base de avanzadilla. A su llegada, el comandante y su segundo, T.N. Arbolí, son detenidos y más tarde fusilados.

En este nuevo destino se hace cargo de la nave el C.C. don Carlos Barreda Terry, quien fue obligado a aceptarlo, y quedó supeditado al control del comité político impuesto por el Gobierno Republicano.

El comandante estuvo vigilado por la tripulación y por el comité, con el que tuvo no pocos problemas. De marcados ideales monárquicos había comentado en varias ocasiones que de no poder pasarse de bando, se limitaría a no atacar objetivos nacionales, y que si esto no fuera posible, procedería al sabotaje del buque. El jefe de la Flotilla, en Málaga, T.N. don Remigio Verdia recibió quejas del comité político respecto al comandante Barreda, afirmando que no se ocupaba de sus obligaciones.


En la penúltima salida del B-5, se produjo un incidente que vino a confirmar las intenciones del comandante, (o al menos eso opinaba el comité), estos afirmaban que el comandante había intentado auto hundir la nave, dejando el timbre de inmersión en el puente, de manera que el cable que lo comunicaba con la cámara de mando impedía que la escotilla se cerrara. Al hacer inmersión, entró mucho agua, teniendo que salir soplando los lastres y salvando la nave de milagro.

Aunque se le dijo a la tripulación que el incidente se debió a un descuido, y Barreda continuó al mando, el jefe de la Flotilla no pensaba lo mismo. Con esta difícil situación a bordo, zarpó para la que sería su última patrulla.

El día 12 de octubre, un hidroavión nacional descubre un submarino en superficie y procede a atacarlo, el submarino hace inmersión rápidamente y el avión lanza sus bombas y cargas de profundidad sobre la zona del objetivo. El lugar aguas de Estepona (Málaga). Los pilotos del hidro no pueden ver los resultados de su ataque y este no es comunicado por el Estado Mayor hasta el 10 de noviembre.

Parece claro que se trataba del B-5, pues bien pudiera estar en esa zona y no se volvió a saber de él. Así, casi todas las fuentes documentales que hemos consultado coinciden en que el submarino atacado fue efectivamente el B-5. Lo que no parece muy probable, es que este se hundiera como consecuencia de las bombas del hidro. Algunas hipótesis apuntan a que el comandante aprovechó la ocasión del avistamiento del aparato enemigo, para ordenar una inmersión profunda que no pudo ser controlada y el submarino naufragó. También un fallo mecánico pudo ser la causa, pues el submarino hacía agua a 15 metros por averías, según se recoge en el informe de unas pruebas realizada días antes de su salida. Esto, hacía que su cota de seguridad fuera muy reducida. De lo que no hay duda es de la desaparición de sus 37 tripulantes y de las consecuencias que esto tuvo en el resto de la flota submarina.

No es esta la historia de un submarino famoso por sus hundimientos, ni su comandante se destacó como un As de los submarinos, aquí no encontraremos las historias de la I y II guerras mundiales de las que casi siempre leeremos sobre sus hazañas. Es más, no hemos encontrado ninguna referencia que indique que esta nave participase en ningún ataque al enemigo.

Pero en Websubmarinos nos preocupamos por mostrar el drama humano de las dotaciones y sus vivencias y el lector estará de acuerdo, que en esta historia la situación que se vivió a bordo es cuando menos terrible.

Nadie puede contarnos lo que allí sucedió, pero no es difícil imaginar que las tensiones entre comité y comandante, por el hecho de que este fuese de ideología diametralmente opuesta, suponen en un submarino un peligro mayor que en cualquier otra nave. Y todo dentro de una guerra civil en la que se enfrentan hermanos contra hermanos.

Quedan en el aire muchas incógnitas: ¿Fue auto hundido por su comandante?, y si así sucedió, ¿fue para este, su ideología, suficiente motivo para asesinar a toda la dotación? Por el contrario ¿fue el avión quién acabó con sus vidas? o ¿se trató simplemente de un accidente?. Estas incógnitas no tienen respuesta, y quizá no la tengan jamás, pero nos hacen reflexionar sobre la situación que vivieron en este país nuestros compatriotas en una España dividida. Como saben todos los que leen Websubmarinos, no nos importan ideologías, solo la historia de estas armas y sus hombres.

Por ello sólo nos resta decir: "Descansen en paz..."

La Ballena “Cazadora”

Podríamos muy bien comenzar así, un artículo sobre un cetáceo, pero no, en este caso nos ocupa un avión muy especial: el Dornier Do. J “Wal” (Ballena), era conocido así por su considerable tamaño y la graciosa pancilla visible una vez fuera del agua.

Un poco de historia:

Tras finalizar la I Guerra Mundial el Sr. Claudius Dornier (1884-1969), empezó a proyectar varias hidrocanoas con casco central enteramente metálico, pero a pesar de que las primeras pruebas de dichos aparatos fueron un éxito, tenía un grave problema en contra: El Tratado de Versalles (28/06/1919), en el que como de todos es conocido, se vetaba a Alemania, la construcción de cualquier vehículo susceptible de ser utilizado con fines militares.

Adelantándose a su época y aprovechándose de vericuetos legales, fundó en Italia la empresa CMASA (Construzioni Meccaniche Aeronautiche S.A.), de cuyos angares saldría el primer Do. J “Wal”, el 6 de noviembre de 1922.



La versión militar:

Este hidro difería de su variante civil, en la inclusión de varios puestos de ametralladora; normalmente uno en proa y otro en popa, que estaban artillados con 2 ametralladoras de 7´7 mm, además también podía transportar hasta 250 Kg. De bombas, además de poseer más potencia sus motores.

Los buenos resultados en las distintas pruebas llevaron a que la Armada Española (Aeronáutica Naval) fuese el primer cliente de Dornier, entregándose la primera unidad en 1923.

Los Dornier en España:

Los primeros pasos de estos magníficos aparatos en nuestro país llegaron de la mano de CASA (Construcciones Aeronáuticas S.A.), que fue la encargada de construir varias unidades que más tarde se usarían en La Guerra Civil. Unos años antes de iniciarse el conflicto en nuestro país Dornier sacó una evolución del avión más grande de tamaño y con el doble de potencia (Rolls Royce Cóndor de 600Hp) . España a través de CASA, construiría también varias unidades del Súper “Wal”.

La “Ballena” guerrera:

La Armada Española empleó varios “Wal” durante la Campaña de Marruecos en 1923, pero donde realmente se puso a prueba su capacidad como avión “todo tiempo” fue en La Guerra Civil Española, en la que ambos bandos contaban con varios aparatos. La República contaba con unos 10 aparatos distribuidos entre las bases de Barcelona, San Javier y Mahón, mientras que Los Nacionales disponían de un número indeterminado de aparatos; aunque la lista creció al reparar los que se encontraban en los talleres de CASA de Cádiz cuando estalló el conflicto.

Las funciones de estas “Ballenas” eran de patrulla marítima y transporte de tropas, además de escolta de convoyes.

En una de estas salidas marítimas un “Wal” Nacional dio caza al submarino Republicano “B-5”.

Características:


Do.J WAL
Envergadura:
22'50 m.

Longitud:
17'25 m.

Altura:
5'20 m.

Superficie Alar:
96 m2.

Motor:
2 x Hispano Suiza de 300 CV o
2 x Napier “Lion” de 450 CV

Peso en Vacío:
3.560 Kg

Peso Máximo:
5.700 Kg

Velocidad Máxima:
180 Km/h.

Velocidad Crucero:
140 Km/h.

Alcance:
1.800 Km

Techo Operativo:
3500 m.


Los indicativos:

Para comenzar explicaremos en que consiste el indicativo en un avión: es el equivalente a la matrícula de los vehículos que circulan por las carreteras; suele consistir en un número o una serie de letras o una combinación de ambas y por tanto sirve para identificar un aparato junto con la bandera o emblemas que puede portar en la cola, en el fuselaje o en las alas.

En el caso de la Guerra Civil Española el indicativo del lado Republicano era: HD y en el lado Nacional: 70.


Algunas curiosidades:

Durante los años veinte, establecieron varios récords, en cuanto a transporte de cargas que iban desde los 250 Kg. A los 2.000 Kg., además el “Wal” bautizado como “Plus Ultra”, realizó en 1926 la hazaña de cruzar el Atlántico a los mandos de Ramón Franco.

También cabe destacar que el explorador noruego Roald Admnsen usó en 1925 dos de estos aparatos para realizar una expedición desde Spitzbergen al Polo Norte, quedando patente la capacidad y polivalencia del aparato a pesar de haber perdido uno de ellos el que portaba el numeral: (N-24).

Más tarde junto con el Súper Wal, establecerían entre Europa y Sudamérica varias líneas de transporte de pasajeros, es decir un montón de proezas para una simple “Ballena”.

Edited by FLOTILLA SUBMARINA - 12/10/2010, 16:45
 
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CAPITULO 10


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SUBMARINO B-6




Al igual que sus gemelos, este submarino vio la luz en la factoría de la S.E. de C.N. de Cartagena. El día 30 de septiembre de 1921, se colocaba la quilla y en menos de dos años era botado, el día 5 de junio de 1923. La entrega a la Armada del que sería el último de su serie, se llevaría a cabo el 21 de enero de 1926.

Este submarino protagonizaría un asombroso record de duración en inmersión en el año 1927, permaneciendo 72 horas seguidas sin salir a superficie.

El estallido de la Guerra Civil sorprendió al B-6 en Cartagena y desde allí partió el día 18de julio de 1936 junto con el C-1, C-3, C-4 y C-6, con ordenes de patrullar el mar de Alborán. Los submarinos permanecerían a la espera del tráfico procedente de África en el que se desplazaban las tropas del alzamiento. En su zona de operaciones se esperaba el paso de unidades que se alejarían de los buques de superficie que igualmente realizaban el bloqueo.



Las operaciones resultaron un fracaso y los buques de la Armada se debatían entre uno y otro bando, produciéndose sublevaciones y cambios de bando, con trágicas acciones en las que se derramaba sangre de hermanos. Sin embargo el bloqueo fue efectivo durante algún tiempo y la República controlaba el estrecho. Tan sólo un pequeño pero importante convoy logró alcanzar la península.

Las dotaciones de muchos buques apresaron a sus mandos por sus intentos de pasarse a la causa de los nacionales, o simplemente para evitar que esto sucediera. Este fue también el caso de los submarinos.

Cuando el B-6 regresó a Málaga el día 20, el comandante del submarino y algunos de sus oficiales son detenidos y relevados del mando, por su supuesta lealtad a los sublevados, al igual que sucedería con los demás submarinos en el puerto. Allí toma el mando el 2º Maquinista Juan Cumbrea.


El 1 de agosto regresa a Cartagena acompañado por el C-4 con el objetivo de alistarse para salir hacia el Cantábrico. Toma el mando el A.N. don Oscar Scharfaussen Kebbon y el 15 de septiembre parten rumbo al norte a apoyar a los submarinos allí destacados en su intento de frustrar el bloqueo impuesto por los buques nacionales que desde sus bases en Galicia acosan a los mercantes y las ciudades del Norte.

El día 19 a la altura del cabo de Peñas (Asturias), el submarino fue atacado por el remolcador armado Galicia y el bou Ciriza auxiliados por el destructor Velasco. Convirtiéndose en la primera baja de guerra submarina de la historia de nuestras Armada.


Aunque algunas versiones apuntan a que el submarino no pudo sumergirse a tiempo, otros autores aseguran que esta acción sólo pudo ser posible a la determinación del comandante del submarino de pasarse al bando nacional.

La acción del comandante, no fue otra, que hacer superficie sabiendo que se encontraba cerca de unidades nacionales. Los disparos que intercambiaron, averiaron el submarino y la tripulación se rindió.

Lo que esta claro para todos los autores, es que tras el ataque recibido y con el submarino ya fuera de combate, la dotación auto hundió la nave. Evitando así que fuese utilizada por el enemigo.

Todos los tripulante (36), fueron rescatados, a excepción de mecánico que abrió las válvulas para inundar el submarino, y que se fue con él al fondo.

Posteriormente Scharfhausen se unió a la marina nacional.



Parece más probable esta versión que implica al comandante como causante de la pérdida de la nave. Motivos no le faltaban, pues además de sufrir la muerte de muchos de sus compañeros, de su afección a la causa nacional, estaba el hecho de que su propio hermano Guillermo, comandante del B-5, fue fusilado en Málaga por quienes se suponía que debía luchar.

Por esta acción el comandante del remolcador Galicia A.N. Federico Sánchez-Barcáiztegui, recibió la Cruz Laureada de San Fernando.

Por otra parte, parece extraño, que la dotación, y en especial el comité, permitiese al comandante hacer superficie sin comprobar ellos mismos la situación.

Fuera como fuere, en este caso, la única pérdida humana, la del mecánico que hundió el submarino, nos hace pensar, que si fue su comandante el que provoco la rendición de la nave, este hecho le honra, por no derramar sangre de sus compañeros en la acción, y si fue por averías, la dotación cumplió con su deber hasta el final.




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CAPITULO 11


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Empezamos con la serie C.










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CAPITULO12


Extraido de los foros de la Armada Española. Entre otros


SUBMARINO, C-2









Edited by FLOTILLA SUBMARINA - 12/10/2010, 16:48
 
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CAPITULO 13


Extraido de los foros de la Armada Española. Entre otros


SUBMARINO C-3




INTRODUCCIÓN:

El C-3, se ha convertido, sin ninguna duda, en el submarino más famoso de todos cuantos han prestado su servicio en el Arma Submarina Española. Las circunstancias en que se produjo su hundimiento, la localización del pecio, así como la idea de su reflotamiento han contribuido a esta “fama”.

A diferencia de lo que sucede con las otras unidades, encontrar información sobre el C-3 es relativamente sencillo. En Internet encontraremos abundantes artículos que abordan principalmente la polémica de su reflotamiento, así mismo, han aparecido numerosas referencias a este navío en diversas publicaciones dedicadas a la historia militar (estas con más rigor que las anteriores), e incluso la televisión se ha hecho eco de esta parte de nuestra historia, emitiendo algún que otro “documental” o “programa”.

Todo este despliegue de medios (al que no estamos acostumbrados), hace despertar más interés en la trágica historia de este submarino. Sin embargo, la sección “Mapa de hundimientos” en la que se engloba este modesto artículo, no tiene la intención, ni su autor la capacidad, de realizar un estudio completo de la “vida y muerte” de esta nave. Ojalá pronto contemos en nuestras bibliotecas con un volumen dedicado exclusivamente a esta unidad y esperemos que sea un compatriota el que lo firme.

En Websubmarinos nos conformaremos con este pequeño resumen, en el que trataremos de ordenar las fechas y acontecimientos importantes en su hoja de servicios.

Esperamos que sea de vuestro agrado.

FECHAS:

Con la puesta de su quilla el día 5 de mayo de 1924, comienza la historia de nuestro protagonista. Concluidos los trabajos, fue botado por la S.E de C.N el día 20 de febrero de 1929 y tras las necesarias pruebas fue entregado a la Armada el 4 de mayo del mismo año.




Los primeros años de su servicio los pasaría participando, como hechos más significativos, en las maniobras con la flota, además de realizar las labores de anfitrión para las pruebas de un invento español. El “Ascensor Submarino” del capitán de corbeta don Arturo Génova Torruella. Esta cápsula era capaz de llevar en su interior a una persona desde el submarino averiado a la superficie y repetir el viaje hasta poner a salvo a toda la tripulación. Las pruebas realizadas con la “Boya Génova” en el C-3 fueron satisfactorias y su artilugio fue instalado en toda la serie C. Corría el año 1931, era esta, una época de bonanza para el Arma Submarina, alcanzando las 16 unidades, record nunca igualado en España.



En 1934 realiza una travesía en compañía de su gemelo C-6, que durante 50 días le llevaría a recalar en numerosos puertos extranjeros. Al año siguiente, la serie C al completo, realizó otra gran travesía, esta vez de casi dos meses de duración, recalando en puertos europeos y africanos.

GUERRA CIVIL:

Al estallar el conflicto, el C-3 se encontraba en Cartagena, base en la que estaba destinado. La orden de zarpar llegó el 18 de julio y lo izo en compañía de C-1 C-4 C-6 y B-6. El C-3 estaba comandado por el capitán de corbeta Salas Pinto, el segundo comandante era el T.N. Viniegra González y como oficiales, estaban el A.N. Jáudenes Junco y el del mismo empleo A. Arbona Pastor que procedía del B-5.

La noche en que se recibió la orden del Ministro de Marina Giral, el comandante Pinto se encontraba en Madrid, por lo que el 2º se hizo cargo del submarino.

Tras el ya conocido “fracaso” de la operación y con los confusos momentos iniciales, a la llegada de los submarinos al puerto de Málaga, el día 20, los oficiales son detenidos y encarcelados. Del C-3 son detenidos su comandante y su segundo. Apoyado por la tripulación, queda al mando el A.N. Antonio Arbona Pastor cuyo cargo es ratificado por el nuevo jefe de la flotilla Ramírez Togores y por el Ministro de Marina al día siguiente. Con su nuevo comandante el C-3 continuará con sus patrullas por el Estrecho. En una de estas misiones, recibe la orden de escoltar al petrolero Ophir hasta Tánger, donde varias unidades necesitan petrolear. El 29 de julio, cerca de Ceuta, soporta el ataque de la aviación nacionalista. Con su ametralladora repele a duras penas el ataque hasta que consigue hacer inmersión y pone rumbo a Málaga, donde llega con sus baterías agotadas y precisa de remolque para alcanzar el puerto. Tras esta incursión en la zona de los sublevados (única de la flotilla de submarinos hasta el paso del “convoy de la victoria”) y una vez en Málaga recibe del C-4 toda la munición antiaérea y torpedos, así como repuestos. Era el día 1 de agosto. Desde allí pone rumbo a Cartagena al objeto de realizar las reparaciones tras el ataque.

AL NORTE:

El 15 de agosto recibe la orden de ir al Norte para aliviar la difícil situación en la que se encuentra la zona. Junto a él partirá el C-6. En el trayecto el submarino sufre una avería que le hace regresar a Cartagena. Es reparado y el día 23 ya está de nuevo en Málaga, aunque no parte junto a sus compañeros C-1 C-2 y C-5 que esa misma noche salen rumbo al norte, si lo hace dos días después.





Una vez en el Cantábrico y tras recalar en Bilbao, realiza varias patrullas sin resultado. El 2 de octubre recibe orden de dirigirse a Tánger y después a Cartagena. En este punto, incluimos el testimonio del hijo de Pepe Sastre (miembro de la tripulación) a quien su padre le contó como habían sufrido un intento de hundimiento por buques nacionales que parecían conocer su posición exacta, concretamente menciona al crucero Cervera. El paso del Estrecho, ahora dominado por los cruceros nacionales supone un alto riesgo, aún así alcanza Cartagena. Con una importante avería (perdida de un motor diesel) se hace a la mar el día 10 de diciembre con destino a Málaga. Realiza una escala en Almería para desembarcar algunas piezas y continua viaje. El 11 llega a Málaga donde se le ordena que permanezca fuera del puerto, a la mañana siguiente continua en los alrededores del puerto patrullando la zona. A continuación los hechos conocidos por todos......

Cuando se encontraba navegando en superficie “en pleno día” pues eran las 14 horas, yendo de un lado a otro, pasada la hora de la comida un marinero tiraba los desperdicios por la borda, alegremente, como si se tratase de tiempos de paz, Arbona llevaba al C-3 en superficie acompañado en el puente por el capitán de la Marina Mercante Agustín García, que hacía las veces de segundo comandante. Trascurridos ya casi 5 meses de guerra y lamentando pérdidas entre las filas del Arma Submarina (pues ya habían caído el B-5 y B-6), Arbona adopta esta postura descuidada, que pagaría muy caro.

En las inmediaciones se encontraba el U-34, un bisoño submarino de la también bisoña Kriegsmarine, que formaba parte de la operación Ursula.

OPERACIÓN URSULA:

La participación de potencias extranjeras en la Guerra Civil es de sobra conocida por todos. La ayuda soviética y francesa del lado republicano y la intervención italiana y alemana del lado nacional, fueron factores a tener muy en cuenta en la comprensión de este trágico episodio de nuestra historia. Como parte de estas “ayudas” y dentro del campo de los submarinos, destacamos el envío por parte de la URSS de oficiales para los submarinos españoles (todos en manos republicanas) y la intervención de los submarinos legionarios por parte italiana.

Por parte alemana, es conocida la participación de la Luftwaffe desde el inicio de la contienda, cuando sirvió de puente aéreo para las tropas del norte de África. Posteriormente, esta participación se vería aumentada con el envío de la famosa Legión Cóndor. Menos conocida, sin embargo, es la participación de los submarinos alemanes. A medida que la implicación internacional aumentaba, Alemania incrementaba a su vez la ayuda al bando nacional. Así el 20 de noviembre de 1936, el Konteradmiral Günter Grusse decide enviar dos de sus nuevos submarinos tipo VII. En una misión bajo el nombre de “Ejercicio de entrenamiento Ursula” (nombre de la hija de Dönitz.)




Los submarinos escogidos fueron el U-33 (nombre clave Tritón. Puesto en servicio el 25 de julio) y el U-34 (nombre en clave Poseidón, Puesto en servicio el 12 de septiembre), ambos pertenecientes a la Saltzwedel flotilla en Wilhelmshaven. Para esta comprometida misión, los comandantes de ambos buques fueron sustituidos por oficiales más experimentados. Así Otto Heinrich del U-33 es sustituido por Kurt Freiwald y Ernst Sobe del U-34 deja el mando a Harald Grosse (este último, ya conocía las aguas españolas, puesto que participó en las pruebas del submarino E-1.) Junto a estos nuevos comandantes embarcaron también sus correspondientes segundos. Los miembros de la tripulación son advertidos, bajo pena de muerte, del secreto de la misión. Los submarinos una vez en el mar, borran las numerales y cualquier identificativo. Alemania fue extremadamente cuidadosa con esta operación temeros de las repercusiones que conllevaría si fuese descubierta. Los dos submarinos cruzaban del Atlántico al Mediterráneo la noche del 27 al 28 de noviembre. Ambos submarinos tenían ordenes de no actuar hasta que las operaciones de sus hermanos italianos cesasen, para evitar el “fuego amigo”. El día 30 comienza la patrulla en las cercanías de Cartagena (como sabemos la base principal republicana), donde ocho días antes el submarino Torricelli torpedeaba al crucero Miguel de Cervantes. Los alemanes con estrictas ordenes de atacar solo buques de guerra republicanos, llevaron a cabo varios ataques, aunque ninguno tubo éxito. Fallos en los torpedos evitaron que dos destructores y el crucero Méndez Núñez fuesen alcanzados. El miedo a un posible conflicto internacional, hace que finalmente se suspenda el envío de más submarinos y se ordena a los dos destacados que regresen a su base el 11 de diciembre. Cuando el U-34 regresa de Cartagena rumbo al estrecho, encuentra al C-3 en Málaga.

EL ENCUENTRO:

Así pues el día 12 tenemos al C-3, como se ha dicho, navegando en superficie y al U-34 navegando sigilosamente en inmersión de regreso a su base. El comandante Grosse no dejaría pasar esta oportunidad tan ventajosa y ordena el disparo de un único torpedo. Aunque lanzar ese torpedo en pleno día y teniendo en cuenta el tipo de objetivo (de poco calado) suponía un riesgo muy alto y contravenía las ordenes recibidas de evitar que Alemania se viese comprometida, el comandante se arriesgó. El torpedo impactó contra el C-3 en la banda de babor a los dos tercios de la eslora total, produciendo el inmediato hundimiento del submarino republicano y la perdida de 37 vidas, pues de los 40 tripulantes salvaron sus vidas tan solo los marineros Isidoro de la Orden Ibañez y Asensio Lidón Jiménez así como el capitán de la Marina mercante Agustín García Viñas (que como se ha dicho actuaba como 2º). Los supervivientes fueron recogidos por botes del buque hospital Artabro que salieron inmediatamente en su auxilio.


Foto Imagen del C-3 obtenida con el sonar de barrido lateral

Sigilosamente el U-34 abandona la zona en medio del revuelo y retransmite el siguiente mensaje: “a las 14:19 hemos hundido submarino de la clase C delante de Málaga, en la bahía se hallaba fondeado destructor ingles HO”.

TEORÍAS:

El mismo día a las 10 de la noche, se anunciaba desde el Ministerio de Marina la pérdida del C-3 en estos términos: “Esta tarde a las dos y media a la altura de Málaga, fue torpedeado por un submarino, evidentemente extranjero, el submarino C-3, afecto a la flota republicana.” En la redacción de este comunicado seguramente contó el testimonio de Lidón, quien aseguró haber avistado la inconfundible estela del torpedo, que se dirigía hacia el C-3. Así las cosas, el 13 de diciembre, ABC publica este titular: “UN SUBMARINO REPUBLICANO TORPEDEADO POR OTRO EXTRANJERO” otros titulares como este “LA AGRESIÓN A NUESTRA ESCUADRA POR SUBMARINOS EXTRANJEROS” hacen que la versión del torpedeamiento cobre más fuerza.

Inexplicablemente, en días posteriores, empieza a formarse otra teoría que atribuía el hundimiento a una explosión interna. Los testigos presenciales desde los pesqueros “Joven Antonio” y “Joven Amalia” que faenaban en la zona, así como los que estaban en la costa, aseguraron no haber oído explosión y describen una nube de humo blanco, lo que hace pensar en un posible accidente con las baterías.

El propio Jefe de la flotilla de submarinos Remigio Verdia Joli, apoyaba esta teoría firmando un informe que aseguraba como causa la explosión interna y que decía así:

“Considero debe descartarse por completo la idea de que el buque fuera torpedeado por las siguientes razones: 1º No se observó la columna de agua de 60 u 80 metros como la que produce un torpedo. 2º No se puede demostrar que la explosión fuera grande porque, entonces, todos los testigos de dentro y de fuera del submarino la hubieran claramente percibido. 3º Ninguno de los que estaban en el puente vieron estela ni periscopio. 4º Ninguno de los pescadores de las proximidades los vieron tampoco. 5º Sobre las cabezas de los náufragos no cayeron restos de la explosión.”

Se ha especulado mucho sobre esta confusión y se apuntan diversas causas que lo explican:

Si el torpedo alcanzó al C-3 y no detonó, pudo abrir una vía de agua que condujese a la explosión de las baterías.

Si el torpedo alcanzó al C-3 y explotó, la explicación de porque no se escucho la detonación, es atribuida a la dirección del viento.

Los informes de la Kriegsmarine confirman el ataque de Grosse, pero ¿Pudo haber aprovechado este capitán la circunstancia de presenciar como se hundía el C-3 y atribuirse el mérito?.


Foto Imagen del C-3 obtenida con el sonar de barrido lateral

También corrió el rumor del sabotaje. Algunos historiadores apuntan que Arbona había sido mantenido al mando del submarino a pesar de sus ideales nacionales, por su competencia, y en este mismo sentido se orientan las declaraciones de un compañero de Arbona: “…se sospechó de su comandante, el cual había recibido el 18 de agosto un mensaje desde el bando sublevado acusándole de cobardía, ya que en el pasado había expresado ideas falangistas”. El mensaje a que se refiere está firmado por el capitán de corbeta Fernández de Bobadilla y dice así: “Arbona, tu que presumías de falangista no te has unido a nosotros por cobarde. Asco me da dirigirme a ti. Si lo hago es para que toda la dotación conozca que eres un cobarde, y lo mismo que has sido cobarde una vez lo serás mil veces”.

Fuera como fuese el C-3 se fue al fondo con 37 marineros en su interior. Afortunadamente para Alemania su actuación permaneció en secreto, hasta muchos años después cuando el capitán francés Claude Houan descubrió en los archivos de la Kriegsmarine este hecho.

En febrero cayó Málaga y el C-3 pasó al olvido, y aunque se anunció su desaparición, el intento de los nacionales de hacer pasar los submarinos Archimide y Torricelli, por los desaparecidos C-3 C-5, sirvió para que los familiares dudasen cuales eran las verdaderas noticias. ¿Habían muerto sus familiares o se habían pasado de bando?. Esta duda fue resuelta en 1997 con el descubrimiento del pecio por el abogado malagueño Antonio Checa. Mientras pescaba, quedó intrigado por unas manchas de gasoil que llegaban a la superficie, realizó inmersiones con cámaras de video submarinas, descubriendo un submarino partido en dos, posado a 70 metros de profundidad. En octubre de 1998 la Armada envía a la zona al buque de salvamento “Mar Rojo” de cuyas investigaciones se desprende la identidad del submarino ¡EL C-3!.



Edited by FLOTILLA SUBMARINA - 12/10/2010, 16:48
 
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CAPÍTULO 14


Extraido de los foros de la Armada Española. Entre otros


SUBMARINO C-4








Edited by FLOTILLA SUBMARINA - 12/10/2010, 16:49
 
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CAPÍTULO 15


Extraido de los foros de la Armada Española. Entre otros


SUBMARINO C-5
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La quilla de esta, quinta unidad de la serie C, se puso el día 10 de octubre de 1924, cinco años de trabajos fueron necesarios para celebrar la ceremonia de botadura el día 28 de octubre de 1929 y en seis meses todo estaba listo para su entrega a la Armada en la fecha 16 de abril de 1930.

Su destino fue la Escuadrilla de Submarinos de Cartagena, nombre este de Escuadrilla, que sustituyó al de División o Flotilla en febrero de 1929, aunque la fuerza de la costumbre hacía que se siguiesen utilizando los anteriores incluso en los documentos oficiales. Este año de 1930 comenzó con tres Escuadrillas; la de Cartagena, la de Ferrol y la de Mahón, aunque esta última era disuelta el 10 de marzo. Su incorporación aumentaba hasta 15 el número de submarinos con que contaba el Arma Submarina.

En el mes de septiembre participó en las maniobras programadas para aquel año y que por primera vez se desarrollarían en el Mar Cantábrico y no en el acostumbrado Mediterráneo, del mismo modo participó en las que tuvieron lugar en los años 1933, 1934 y 1935. En este último año, participó con los demás integrantes de su serie, en un crucero de instrucción en el cual se tocaron los puertos de Melilla, Cádiz, Plymouth, Brest, Santa Cruz de Tenerife, Dakar, Villa Cisneros, Las Palmas y Larache. Y finalmente, en el año 1936, participó en las maniobras que tuvieron lugar en Canarias en el mes de mayo.

Foto Archivo Diego Quevedo Carmona. El submarino C-5 en dique seco.

El día 18 de julio (inicio de la Guerra Civil), el submarino se encontraba en Cartagena realizando reparaciones (cambiando uno de los eléctricos y equilibrando ejes), por lo que no pudo hacerse a la mar con sus compañeros para la primera patrulla de la contienda.

Inicialmente, los mandos se unieron al alzamiento militar, pero el día 20 algunos miembros de la dotación tomaron el control del submarino formándose un comité a bordo que nombraría comandante al contramaestre Jacinto Núñez.

Su anterior comandante, el Capitán de Corbeta Antonio Amusátegui Rodríguez fue detenido y conducido al buque prisión España nº3 donde sería asesinado el día 15 de agosto. El segundo comandante, el Teniente de Navío Antonio Ruiz González, destacado defensor de la República, fue destinado a mandar la Capitanía General de la Zona Marítima de Cartagena.

Las reparaciones concluyeron, y el día 22, se hace a la mar en compañía del otro submarino que no pudo salir en la primera patrulla, el C-2. Ambos se dirigen a Málaga, donde los mandos republicanos habían decidido establecer una base de avanzadilla con la intención de controlar las aguas del Estrecho. Al mando del C-5 continua Jacinto Núñez. Durante la travesía se produce un incidente al tratar de hacer una inmersión para comprobar el trimado del submarino, tomando la nave una fuerte inclinación que provocó la alarma de la tripulación. Tras este accidente, del que no hubo de lamentarse mas que daños materiales, la dotación decidió continuar travesía en superficie, conscientes de sus limitaciones al carecer de oficiales al mando.

Al día siguiente, el C-5 hacía su entrada en Málaga donde ya hacía tiempo que había arribado el C-2 que llevaba un comandante profesional.

Ese mismo día es nombrado comandante del submarino el Capitán de Corbeta José María de Lara y Dorda de ideas afines a los sublevados. Su llegada al submarino estuvo desde el principio muy discutida por los miembros del comité de a bordo, quienes decidieron hacer un estricto control sobre su comandante negándole el acceso de las ordenes que se recibían y no permitiéndole utilizar el periscopio cuando se suponía que existía un enemigo a la vista.

Foto Archivo Diego Quevedo Carmona. Cámara de Oficiales de los submarinos tipo C

Esa misma noche y con ordenes selladas el submarino se hace a la mar, una vez abiertas comienza su ejecución, patrullando la zona del Estrecho. El día 25 se recibe a bordo un radio que ordena poner rumbo a Tánger al encuentro del submarino C-1 cabeza de la flotilla. De inmediato se pone rumbo al puerto ordenado y se prepara el paso del Estrecho. En este tránsito, que se efectuó al abrigo de la noche, el submarino quedó varado en una playa africana con el peligro de ser descubiertos al amanecer, finalmente a la subida de la marea el C-5 quedaba liberado y proseguía viaje, en su interior aumentaba la tensión entre comité y comandante ya que se pensaba que la varada había sido intencionada por Lara, pues fue él quién marcó el rumbo a seguir.

Foto Archivo Diego Quevedo Carmona. Cinta del lepanto de marinería del submarino C-5.

El día 26 se produce el encuentro con el C-1 que se hallaba en compañía del C-2. La reunión a bordo del C-1 tuvo por objetivo explicar las ordenes, que no eran otras, que partir de inmediato al Norte hacia el Cantábrico. En una desafortunada maniobra, el C-5 golpea al C-1 causándole daños que le imposibilitan el cumplir sus ordenes, de manera que parten en solitario C-5 y C-2, aunque por rutas separadas. Una vez en la zona de operaciones el submarino se abstiene de preparar ninguna acción contra el enemigo, preocupados por el estado del casco tras la colisión, motivo por el cual se dirigen a los astilleros Euskalduna donde llegan el día 30 de agosto. El día 1 de septiembre el submarino abandona el astillero tras verificarse el buen estado del casco y comienza la que sería su primera patrulla en el Cantábrico. Se escogió patrullar en la zona del Cabo de Peñas, pues era paso obligado para los buques enemigos en sus frecuentes incursiones de cañoneo a las costas republicanas. La noche siguiente el submarino se encontró con el objetivo número uno de la Escuadra republicana, el crucero Nacional Almirante Cervera, de inmediato se preparó el ataque, los nervios y la desconfianza llevaron al presidente del comité a arrebatar al comandante el periscopio, cuando el comandante volvió a observar la situación comunicó a la dotación la imposibilidad de dispara ya que el crucero alemán Königsberg se interponía entre ellos y su objetivo. Esta situación contribuyó aún más a aumentar las tensiones entre comité y comandante.

A la mañana siguiente el submarino avista a dos “bous” enemigos sobre los que comienza a disparar su cañón de cubierta, durante el combate el cañón se encasquilla oportunidad que el enemigo aprovecha para intentar abordar al submarino sin éxito, alertados por estos “bous” se unen al combate un hidroavión y cuatro “bous” más a los que más tarde se uniría el destructor Velasco. La reacción del submarino ante esta inferioridad manifiesta fue la lógica inmersión de emergencia. De inmediato cayeron sobre el submarino tres cargas que le dejaron sin luz y sin propulsión lo que les llevó al fondo que por suerte para los tripulantes era de 85 metros. Allí permanecieron durante casi 24 horas hasta que pudieron salir a la superficie y dirigirse a Gijón donde llegarían el día 5 y posteriormente a Bilbao para reparar.




Foto Archivo Diego Quevedo Carmona. Crucero Nacional Almirante cervera apodado "El Chulo del Cantábrico".


Las reparaciones se prolongaron hasta el mes de octubre y cuando estuvo listo salió de nuevo a patrullar. En el puerto de Santander donde se había parado para una pequeña escala (día 30 de octubre), se reciben noticias de avistamiento del Acorazado enemigo España, se dispuso la nave y se salió a su encuentro que no tardó en producirse. El Acorazado navegaba lentamente lo que permitió al submarino realizar una aproximación a placer, alistando los cuatro tubos de proa para acabar con el buque enemigo. Se efectuó el disparo de todas las armas sin resultado, lo cual aumentó más aún las tensiones a bordo. El presidente del comité acusaba a Lara de sabotear los torpedos y este se defendía diciendo que los fallos eran debidos al material defectuoso.

Tras esta nueva decepción el submarino regresa a la base donde permanecerá hasta diciembre. Durante este periodo el comandante apoyado por otros oficiales afectos a la causa nacional conspiran para hacerse con el submarino, lo cual no consiguen, de manera que el día de nochevieja de 1936 el C-5 zarpa para la que sería su última misión.

Foto Archivo Diego Quevedo Carmona. El Comandante Capitán de Corbeta D. José María de Lara y Dorda.

En la mañana del día de año nuevo de 1937 y tras el reiterado silencio de radio del submarino se ordena a varios pesqueros a la aviación naval y al José Luis Diez buscar al navío, encontrándose manchas de aceite a 10 millas al norte de Ribadesella, lo que indicaba su hundimiento.

Las causas de su hundimiento no se conocerán jamás, y aún hoy son motivo de especulación, pero oficialmente y así consta en el expediente de rehabilitación del comandante, este tenía planes para apoderarse del submarino, para ejecutarlos disponía de una pistola, dinamita y una botella de amoniaco, además existe una declaración en la que se cuenta como el comandante Lara dijo que si no conseguía hacerse con la nave la hundiría y moriría con toda la tripulación. El capitán Lara consta como muerto en campaña por la causa nacional.

Aún así las cosas, a muchas personas les resulta increíble la posibilidad de que un oficial de submarinos llevase a cavo esta acción y consideran que por muy fuertes que fuesen sus convicciones el echo de asesinar a 40 compañeros con los que se convive de una manera tan estrecha y además morir en la acción no es posible.

Definitivamente este debate no tiene ya ningún sentido pues lo único realmente comprobable es la desaparición de las 41 almas que se fueron sin dejar rastro.

Existe un proyecto español de realización de una película bajo el título Oxígeno en la que se narrarán las operaciones de este submarino.

Edited by FLOTILLA SUBMARINA - 12/10/2010, 16:50
 
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